Análisis

Tracking de valores: ¿Una "nEO justicia social"?

Dolarización, meritocracia, ORDEN y CORPORATIVISMO. Un análisis cuantitativo de las transformaciones subjetivas argentinas basado en una encuesta a nivel nacional de 5200 casos

27 DE febrero DE 2024

por Hernán Vanoli

Desde Sentimientos Públicos venimos realizando diferentes estudios sobre los imaginarios y las creencias compartidas por los Argentinos.

En 2023 publicamos “Valores progresistas, voto libertario. Apuntes para pensar una contradicción aparente”, donde nos propusimos matizar las teorías catastrofistas sobre el ”avance de la derecha” al tiempo que reflexionábamos sobre la fuerte sintonía de algunos valores sociales con aristas relevantes de la emotividad política de La Libertad Avanza.

Durante enero de 2024 repetimos buena parte de las preguntas sobre valores, basados en una muestra representativa acorde los datos del INDEC a nivel nacional, de 5271 casos, con un margen de error de un 3,5%. Las categorías graficadas son “Muy de acuerdo”, “De Acuerdo”, “No lo sé”, ”En Desacuerdo” y “Muy en desacuerdo”.

Lo que sigue es un anticipo y una breve interpretación de una serie de resultados muchas veces contradictorios, muchas veces sorprendentes, y que nos invitan a pensar en una sociedad golpeada, convulsionada y en metamorfosis, pero nunca lineal.

 

1. LOS CONSENSOS POLÍTICOS MIRADOS DESDE ABAJO

PUNITIVISMO Y LIBRE CIRCULACIÓN DE LAS PERSONAS Y LAS COSAS

EL ORDEN

Las preguntas sobre si “El derecho a circular es más importante que el derecho a manifestarse” (casi 62% de apoyo) y sobre si “La policía debería contar con el poder suficiente para imponer el orden moleste a quién le moleste” (67% aproximado) cosecharon amplios consensos. Se trata de un indicador que iría en sintonía con ciertas hipótesis sobre la derechización de la sociedad. Ambos guarismos son superiores al cosechado por La Libertad Avanza en las últimas elecciones presidenciales.

Sin embargo, para interpretarlas en un marco más amplio, las mismas deberían ser interrogadas con otro set de indagaciones vinculadas a cuestiones como la tolerancia a la represión, y a las resonancias de este punitivismo en otros ámbitos que vayan más allá del orden público.

 

LA MANO INVISIBLE DEL estado

El estado

Este consenso que podría ser interpretado, en una primera impresión, como punitivista, convive con unas opiniones particulares sobre el Estado. Ante la frase “El Estado debe ser lo más pequeño y lo más eficiente posible” el nivel de acuerdo llegó a un nivel de un 68,5%.

Sin embargo, ante la sentencia que proponía “Privatizar YPF, Arsat y Aerolíneas Argentinas es renunciar a la construcción de un país soberano”, los apoyos fueron también mayoritarios, con un 47,2% de acuerdo y apenas un 37,2% de desacuerdo. Un estado pequeño, eficiente y silencioso, pero que no deje libradas a las fuerzas del mercado cuestiones nodales para la soberanía. Tal parece ser uno de los talantes del presente.

Dicho Estado pequeño y eficiente sin embargo debe, también y al parecer, emitir su propia moneda. O quizás las personas que respondieron a nuestra encuesta consideran que la existencia de una moneda nacional se vincula de alguna forma con la cuestión de la soberanía.

Lo cierto es que la frase “La única salida a la crisis económica permanente que tiene la Argentina es la dolarización” cosechó un magro apoyo de un 28,4%, contra un rechazo de un 44,7% (singularmente similar al porcentaje de votos de Unión por la Patria en las últimas elecciones). Un 26% de la población se mantiene en la neutralidad, un guarismo alto cuando tenemos una media aproximada de un 14% de neutrales.

EL OCASO DEL CORPORATIVISMO Y LA EMERGENCIA DE UNA NEO JUSTICIA SOCIAL

LAS CORPORACIONES

La imaginación pública orientada hacia un ”liberalismo silvestre” que anhela una
”mano invisible del estado”, en sintonía la intensa individualización que atraviesa a la gran mayoría de las sociedades, viene acompañado de un interrogante por la eficacia de las formas de agrupación propias del siglo XX.

Es en este marco que los intereses corporativos parecen atravesar una crisis de credibilidad. Al parecer no se trata sólo de “la casta”, o “el estado” sino de cualquier forma de asociación. La frase sobre que “El sindicalismo es uno de los principales problemas del país” obtuvo un 61,1% de acuerdo.

Pero también obtuvo una amplia aprobación la de que “El campo es un sector privilegiado que debe contribuir a través de retenciones al desarrollo del país”, con un 55,2% de acuerdo. El campo, en tanto corporación, también debe estar bajo la mano invisible del estado. Y podría arriesgarse que lo mismo les sucedería a las empresas con respecto a los los impuestos.

Las dos facetas de del anti corporativismo contemporáneo son una de las aristas en las que se manifiesta la nueva justicia social. Dentro de esta perspectiva, las empresas, que no son vistas como una forma corporativa, merecen una reforma laboral que les permita ”contratar nuevos empleados y despedir a los que no funcionan”. Esta frase cultivó un 62,7% de apoyo.

2. LIMITES DEL LIBERTARIANISMO EXTREMO

Sentimientos Públicos

LA MORAL MERITOCRATICA

Solidaridad, desigualdad, hedonismo

Hablar de una neo justicia social individualista basados en altos niveles de punitivismo y de anti-corporativismo puede sonar aventurado. Sin embargo, un nuevo set de preguntas sobre valores arrojan luz sobre este asunto.

En primer lugar la frase “La solidaridad es más importante que la eficiencia” convocó a un 60,5% de acuerdos, con apenas un 14% de rechazo.

Pero como contracara, una frase que en apariencia tendría una dirección contraria (“La desigualdad es una consecuencia normal del mérito y la voluntad de las personas”) también obtuvo un alto apoyo (53,5%). 

Para la neo justicia social, las explicaciones sobre la desigualdad se basan en el mérito personal, no en el accionar corporativo ni en factores estructurales. El individuo es el protagonista y su margen de decisión es amplio, pero debe ser solidario

Meritocracia y solidaridad se unen al hedonismo preponderante.  Con más de un 80% de apoyo, la frase “En la vida es más importante vivir experiencias que acumular riquezas” fue una de las que obtuvo asimismo uno de los netos más elevados. 

Para la neo justicia social, las explicaciones sobre la desigualdad se basan en el mérito personal, no en el accionar corporativo ni en factores estructurales. El individuo es el protagonista y su margen de decisión es amplio, pero debe ser solidario. 

LA SOCIEDAD ABIERTA: TRAUMAS Y ANHELOS

GÉNERO, PANDEMIA

A modo de cierre dos cuestiones que también, arriesgamos, moldean la subjetividad contemporánea.Por un lado la pandemia: existe una cierta polaridad entre aquellos que aún portan marcas indelebles de la misma y aquellos que la consideran una etapa del pasado, más o menos traumática pero relativamente superada.

Ante la frase “No creo que la Pandemia haya dejado grandes huellas en mi vida”, un 47,4% se manifestó “De acuerdo” o “Muy de acuerdo”, mientras que un 37,6% lo hizo “Algo en desacuerdo” o “Muy en desacuerdo”.  Es decir que casi para 4 de cada 10 argentinos la pandemia fue un hecho traumático e insoslayable, del que casi no se puede hablar.

Por otro lado, y a contrapelo de la idea de una sociedad ”derechizada” en una forma homogénea y que atraviesa un “giro conservador” monolítico, el consenso sobre el derecho a la elección de las identidades de género es mayoritario. La frase sobre que “El respeto a las identidades de género es imprescindible para construir una sociedad abierta” obtuvo un 62,8% de nivel de acuerdo, guarismo similar al apoyo que obtuvo la necesidad de una reforma laboral.

BREVES CONCLUSIONES

La “Neo Justicia Social” que parece comenzar a operar en la imaginación pública es contradictoria si se la mira desde las categorías del siglo XX. Tiene algo que “no cierra” y podría hacer pensar en una sociedad caprichosa e infantil, o al menos errática. Este parece ser el pensamiento preponderante en la corporación política, cuando no es que opera en la misma un economicismo vulgar que correlaciona linealmente apoyo social con niveles de consumo.

En este tracking de valores proponemos habitar estas contradicciones: la reducción al mínimo de la sonoridad o la “mímica” estatal y acordar con medidas punitivistas puede ir menos en contra de “los pobres” -nadie se reconoce pobre- que a favor de un nuevo sentido de lo justo, donde la meritocracia y la libertad individual son premisas básicas. Donde lo corporativo es repudiado en sus diversas formas, pero la soberanía nacional goza de una estima social altísima. Donde la dolarización produce más dudas y rechazos que apoyos. Donde el respeto a las identidades de género es percibida como necesaria dentro de la sociedad abierta y tolerante que anhela el liberalismo silvestre. Y donde el hedonismo preponderante no parece muy dispuesto a sacrificios a largo plazo.

La investigación sobre el humor social no permite hacer futurología. Pero si analizar algunas vetas de la emotividad nacional que luego moldean y van siendo moldeadas por los horizontes político económicos.

4. MILLENNIALS VS. CENTENNIALS: ¿UNA NUEVA GRIETA?

Sentimientos Públicos
Sentimientos Públicos

Al abrir los resultados de nuestro tracking de valores por grupos de edad se percibe una notoria diferencia entre aquellos que las categorías del marketing denominan “Millennials” (básicamente 29-43 años) y los “Centennials” (de 16 a 28).

En los gráficos de arriba puede notarse que todos los valores vinculados al programa libertario (rienda libre a la represión, voluntarismo meritocrático para explicar la desigualdad, achicamiento del estado, derecho a circular) dan dentro de los Centennials netos aún más altos que los de la población en general. Y muestran una muy significativa grieta con respecto a la sensibilidad millennial, de corte mucho más progresista.

Esto tiene sin embargo dos matices. Por un lado, la brecha de género se hace más extrema a medida que decrece la edad. Esto significa que los varones, cuanto más jóvenes, más afines al paradigma libertario duro. Pero por otra parte valoración Centennial de las identidades de género es mayor que la de la sociedad en general y apenas inferior a la de los Millennials, y su preocupación ecológica supera a la de los mismos y se acerca muchísimo a la de la Generación X (44-58), que está evidentemente preocupada por el futuro de sus  hijos.

Otra vez, estamos frente a cuestiones que requieren un esfuerzo conceptual profundo y de suspensión de las creencias que nos acompañaron desde buena parte del siglo XX.